Tu Aprendiz...

Podríamos hacer mil travesuras... Navegar por los mares de la dulzura, podríamos tener mil aventuras de amor, donde siempre se avecina la tentación. Dame un beso que haga brotar mil fantasías en mí, que nos desborde de placeres infinitos.
Solo somos tú y yo, sin nombre, sin ser, solo tú, yo y el tiempo que no sabe contar las horas infinitas de este amor prohibido, que me sumerge en un estado de total excitación que va y viene, vuelve y luego se detiene junto con el leve gemido que sale de tus labios hacia mis oídos... Tus palabras susurradas a través de la distancia, tus manos que invaden mi espacio en la noche, en mi cama tus caricias y tu forma de poseerme cada vez que cierro los ojos invocándote en silencio, tus llegadas a media noche traspasando el umbral de mi puerta, envuelto en olores y sabores ya conocidos, como te apoderas de mis sueños y de mi vida, como me pones cuando te siento, tiemblo, me arrastro ante ti, dibujando la lujuria y arqueando sus formas, sensual, expectante en un frenesí dominado ante la huida del alma que se desprende de mi para refugiarse entre tus brazos.

¿Que sientes?...

¿Ahora me entiendes?...

Acompañas esta sinfonía de placeres inexplicables con un beso en la gloria, esa gloria que late en tu ausencia y me arropa de satisfacción con tu presencia. Contigo he sentido la llamada a la vida encadenada a la libertad de los cuerpos, a la entrega de las almas, a la entrega del deseo... Es incomprensible como tú, mi maestro, has logrado hacerme sentir. Como tus manos sobrevuelan mi cuerpo, mis pechos, mis labios y aterrizan en aquellos lugares remotos donde el sentir ya no es solo sentir, es aprender a volar en los sueños, donde volar es igual a llegar a un mundo de sensaciones que todavía no tienen nombre.

"Esto lo escribi hace un tiempo a un hombre al que amo mucho, un hombre que me devolvio la vida, a un hombre que ya no esta..."

Ayanay