miércoles, 31 de diciembre de 2008

Variopaint os desea feliz 2009...



Esa color de rosa y azucena,

y ese mirar sabroso, dulce, honesto,
y ese hermoso cuello, blanco, enhiesto,
y boca de rubís y perlas llena;

la mano alabastrina, que encadena
al que más contra amor está dispuesto,
y el más libre y tirano presupuesto
destierra de las almas y enajena;


esa rica y hermosa primavera

cuyas flores de gracias y hermosura
ofendellas no puede el tiempo airado


son ocasión que viva yo, y que muera,
y son de mi descanso y mi ventura
principio y fin, y alivio del cuidado.


Francisco de Quevedo y Villegas (1580 -1645)

domingo, 28 de diciembre de 2008

Un cuento de Navidad...(i)


En la bulliciosa ciudad de Istahad había una vez un joven talabartero, de nombre Asrum, que, nada más dar término a sus faenas, cerraba su taller y se iba por las huertas anochecidas a robar fruta, pues era mucha la afición que a su dulzor le había cogido y era mucho el dinero que esa afición le costaría si no le diese satisfacción mediante el hurto. Le gustaban a Asrum los dátiles, sí, y los célebres nísperos de las tierras de Játuba, y los carnales damascos; cualquier fruta le gustaba en realidad, pero de todas ellas sentía predilección por los frutos morados de la higuera breval, y a cestas los robaba él cuando era temporada.

Un día de tantos, aunque especialmente caluroso, se hallaba Asrum sentado a la puerta de su taller, repujando pellejos, cuando oyó casualmente una conversación entre dos vecinos: «Escucha lo que voy a decirte, Karim Al-Hahchah: si los higos de las mujeres tuviesen el mismo sabor que los higos que dan las higueras de Egipto, ellas serían felices por comidas y nosotros dichosos por glotones. Ten en cuenta, además, que si el higo de las mortales tuviese sabor a higo verdadero, más nos valdría prevenirnos de imaginar siquiera qué sabor habrían de tener los higos de las huríes que nos esperan impacientes en el Paraíso», y ambos vecinos rompieron a reír.

Tras oír este descabellado parlamento, Asrum dejó la gubia en su regazo y se puso a meditar: «Creo que en esa obscenidad que acabo de oír se esconde la llave de mi buenaventura: sólo lograré ser feliz si encuentro a una mujer cuyo sexo tenga sabor a higo de higuera breval, pues ése es el sabor que más me gusta». Y no es que Asrum tuviera la razón extraviada, según pudiera desprenderse de esta insensata conclusión, sino que de repente se había acordado de la enseñanza que le ofreció una vez un mago hambriento y errante, natural de Catay, a cambio de una torta de avena: «El sabor de tu vida dependerá del sabor de la fruta que comas. Si comes frutas ácidas, ácida será tu vida. Si dulces, dulces serán tus días sobre la Tierra. Si insípidas, serán insípidas tus horas. Todo depende de la fruta que elijas morder en la vida. Y, por raro que parezca, se puede elegir en muchos casos».

En su día, Asrum, como es natural, atribuyó este consejo a la afición legendaria de los de Catay a la alegoría y a la parábola, pues de suyo son las gentes de allí muy aficionadas a componer guirnaldas de lotos y de alas de mariposa con el más inconsútil de los pensamientos, pero de pronto, al recordarlo, se le reveló aquel consejo con la contundencia de un dogma: «El sabor. Todo depende del sabor», se dijo Asrum, «y a mí me gusta, más que cualquier otra, la fruta que da la higuera breval, de modo que si quiero ser feliz, debo encontrar a una mujer que me respete y que tenga sabor a breva, y espero que Alá no me confunda en esa búsqueda, sino que, por el contrario, me ilumine en ella, pues ha de resultarme sin duda fatigosa», pensó Asrum, meditabundo, y prosiguió: «He oído a los hombres contar muchas cosas sobre los cuerpos de las mujeres, pero jamás he oído a nadie decir que alguna de ellas tuviera en la parte más secreta de sí el sabor de la breva. La textura sí, pero no el sabor».

Con Alá a favor o en contra, el caso fue que tanto se enredó Asrum en estas cavilaciones, y a lo largo de tanto tiempo, que llegó el día en que decidió cerrar su negocio, dispuesto a comenzar de inmediato su búsqueda por el mundo de una mujer cuyo sexo tuviese el sabor del fruto que da la higuera breval, pues daba él por hecho que ninguna de las toscas mujeres de Istahad podría ofrecérselo, de modo que cogió sus ahorros exiguos y a correr mundo se fue, con el solo equipaje de su ilusión y con el solo mapa del azar, que es siempre incierto.

Por muchas ciudades y países vagó Asrum en busca de la mujer de la fruta ingastable, pues más jugosa y fresca sería esa fruta cuanto más se comiera de ella, según pronosticaba. Era apuesto Asrum, y siempre tuvo un trato amable con todos, por ser él de muy limpio corazón. Sólo sus manos, manchadas por las tinturas que se aplican al cordobán, evitaban pensar de él que fuese el hijo de un alfaquí o el heredero de una gran tienda de alfombras. Errabundo, en fin, anduvo Asrum, y sus paisanos se preguntaban al pasar frente a su taller cerrado: «¿Qué habrá sido de Asrum?».
En sus idas y venidas por el mundo, que fueron sinuosas, conoció Asrum a muchas mujeres, algunas de ellas muy bellas, y casi todas le gustaron, y a varias de ellas llegó a amar, pues resultaron tener espíritus serenos y benévolos, pero ninguna le dispensó el sabor de la breva, y él mantenía la superstición de que su felicidad se cifraba en el hecho de encontrar a una mujer que pudiera regalarle cada noche el placer de devorar una fruta carnal y caldosa, pues había ascendido a rango de precepto, según ha quedado ya dicho, la enseñanza del mago de Catay: la ventura de la vida de un hombre depende de un sabor, y él pretendía llevar una vida venturosa, y necesitaba, por tanto, lamer en lo dulce. Hubo en las aventuras de Asrum mujeres que tenían un sabor a cola de sirena, las que lo tenían a leche de cabra o a almizcle.

En Kandahar durmió con una bailarina a la que un amante despreciado le había cortado la lengua, y resultó tener ella un sabor excelente: el del fruto aún verde de la planta a la que llaman ambrosía, amargo y delicado, pero no era esa la fruta que él buscaba. Durmió otra noche en Nicosia, allá en Chipre, junto a una adolescente oscura de piel y de espíritu, de pechos muy pequeños pero ya caídos, y en ella halló el sabor del dátil maduro, que era sabor muy del gusto de Asrum, pero tampoco era ese el sabor de mujer que él buscaba. Como es de suponer, Asrum, a pesar de llevar en el corazón el peso alado de su quimera, que es un peso que hace etéreos a los hombres, necesitaba alimentarse, de modo que por las noches se adentraba en los huertos y robaba fruta, no siempre con bien: más de una vez lo apalearon, más de una vez lo apedrearon y en muchas ocasiones tuvo que huir del modo en que sólo saben huir los que ven a un demonio de mirada tricolor.

En una de esas huidas, cayó Asrum en una zanja y se rompió un brazo. El brazo roto de Asrum no le ayudaba en sus tareas galantes, pues suelen preferir las mujeres hermosas a los hombres enteros; aun así, antes de curarse la fractura, conoció a una tejedora que tenía el sabor del limón caliente, a una esclava que no tenía sabor alguno y a una niña que atesoraba el sabor confuso de un mar. Estos reveses enturbiaban las meditaciones de Asrum: «Seré siempre un desdichado. Nunca encontraré a la mujer de la que depende mi felicidad. Nunca encontraré ese sabor en mujer alguna, y moriré insatisfecho y solitario». Pero cada nuevo amanecer le reservaba un chispazo de optimismo: «Hoy es un día hermoso. El cielo está limpio. El aire es un oro en polvo que flota. Buen presagio. Hoy puede ser el día deseado en que encuentre a la mujer que busco». Y así, entre ilusiones renovadas diariamente, iba probando Asrum los sabores íntimos de las muchachas, viudas y rameras que hallaba a su paso, pero ninguna proporcionaba deleite suficiente a su paladar, que sólo para el sabor de la breva parecía tener papilas, pues todos los restantes despreciaba.

«Ay de mí», se lamentaba Asrum, «que tan desdichado soy: mi felicidad se cifra en un imposible», pues tanto manjar decepcionante había probado ya, que daba por iluso el propósito de hallar el sabor de la breva en mujer alguna de Oriente o de Occidente. Cuando se le agotaron sus ahorros, Asrum se convirtió en mendigo, al poco se transformó en un bebedor y más tarde descendió a la categoría de charlatán brumoso de taberna. «Ayuden a este desdichado que se ve así por haber alimentado el sueño que le inspiraron duendes fantasiosos. Una moneda para este hombre que morirá sin haber sido feliz», imploraba Asrum en el bullebulle de los zocos, sentado en el suelo con la mano extendida y los ojos clavados en la gente.

De "El sabor" Felipe Benítez Reyes, Rota 1999

domingo, 16 de noviembre de 2008

Cultura estúpida...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Magia aerea...

martes, 28 de octubre de 2008

La creación

viernes, 10 de octubre de 2008

Caras

domingo, 5 de octubre de 2008

Sostiene Felix de Azúa
















Sostiene Felix de Azúa, a propósito de los caballos de la cueva de Chauvet sobre la exactitud de trazo, la seguridad y elegancia de las curvas, la perfecta proporción y, sobre todo lo demás, los ojos, apenas una leve almendra vivamente expresiva.






Sostiene también que los caballos de Rubens (o Velázquez) no miran igual, abrumados por la gloria del jinete y la desmesura del espectáculo. Los caballos cavernarios tienen la mirada tierna y dócil, como algo que resulta inseparable de los hombres.










Son estos caballos los que aún corren por las estepas de Asia Central, paticortos, cabezones, con el vientre abultado y de una resistencia legendaria con sus cortas crines alineadas en paralelo, al modo de mohicanos antiguos y modernos.







Estos caballos están pintados al carbón y al difumino, como si de una vieja sinopia se tratara, trazados quizá por la mano de aprendices bajo la dirección de un maestro que delineaba trazas asombrosas en las profundidades de hace treinta mil años. Tampoco los caballos de Chauvet- sostiene Azúa - tendrían nada que envidiar a la cuadriga griega que antiguamente coronaba la basílica de San Marcos de Venecia antes de ser sustituida por convencionales reproducciones de poliester.












Los caballos paleolíticos también serían superiores a los caballos de Meissonier. o incluso los del mismísimo Gericault, un maníaco de la equitación cuya afición le costaría la vida a la edad de treinta y tres años, tal y como es sabido.












Sin embargo, estas inquietantes pinturas se han aceptado con total naturalidad por el mundo contemporáneo, como si la aparición de imágenes perfectas en la historia del universo fuera cosa ya sabida y asumida. Y lo que es peor aún, el hecho de que dichas representaciones aparecieran dentro de una sociedad sin una previsible necesidad de adorno y situada en el límite mismo de la supervivencia.






Sostiene Azúa que esos caballos no pueden constituir imágenes religiosas ya que es imposible separar un ámbito específico para dicha cuestión en ese mundo primitivo: todo debía ser religioso o por el contrario nada lo era, con lo cual el adjetivo se convierte en algo fútil y sin interés. Posiblemente esos pintores ni eran religiosos ni creerían en nada, aunque temieran a lo inaprensible dañino, al igual que hoy en día se teme al Alzheimer, a la vejez o a la contaminación del aire y los mares.







Tampoco cree posible Azúa una asociación con los consabidos rituales de caza, del mismo modo que las pinturas ecuestres de los ya citados Rubens o Velázquez sólo tendría relaciones tangenciales y escasas con el protocolo de la casa de Austria.












Es indudable, sin embargo, que en algún momento los humanos necesitaron imágenes y precisamente entonces las produjeron. Esas imágenes nacieron cuando los humanos sintieron la inexcusable necesidad de ver hacia fuera, y con ello inventaron la visión entendida como un lugar orográfico desde donde se ve.















Esas propias imágenes crearían así un poderoso instrumento técnico de ampliación del cuerpo a través de la creación de otros mundos posibles: gracias a ése instrumento su mundo obligatorio (aquel al que luego se denominaría Paraíso) se convertiía en un dominio controlado imaginario manipulable a su merced.









Sostiene también Azúa la existencia de una necesidad insensata e inevitable que supuso la ruptura ya definitiva e inicua con el ámbito natural primitivo que ahora pasaría a ser representado con imágenes desde esa visión recién descubierta. No se sabe como ocurrió, pero cabe sospechar que la perfección súbita de esas imágenes parietales quizá revele la existencia de luchas seculares de enfrentamiento iconoclasta entre clanes y grupos, precisamente porque representar animales era rebajarlos de rango y los convertía en meras unidades intercambiables.








La representación rompió la unidad personal del animal convirtiéndolo en clase: a partir de la primera imagen esa individualidad del animal concreto se desvanecía y la carne pasó a ser una idea hasta llegar- según sostiene Azúa – al idealismo platónico en el que esa idea era solamente una sombra fugaz en la caverna.







Los hombres somos lo que dicen nuestras imágenes que marcan de ese modo la inserción del individuo en el cosmos separando lo que se puede ver de lo invisible. Esa pérdida es tan severa y terrible que habría que inventar luego a un sujeto (al que se llamaría "artista") para que pudiera investigar con mayor o menor propiedad en lo que los demás no pueden ver.







Entre aquel que vio a bisontes y caballos pintados y entre el que jamás los atisbó existe una separación existencial profunda, al igual que existe esa distancia entre el lienzo de un desnudo y la carne realmente contemplada.






Para quien no conoció las imágenes (sostiene Azúa) esos animales; caballos, ciervos o bisontes eran seres reales (a veces excepcionales) que se cruzaban en su camino, vivos, muertos o azuzados por los cazadores del clan, mientras que ese mismo clan se hallaba sometido aproximadamente al mismo destino incierto que sus víctimas. Esta condición producía un nivel de igualdad entre contemplador y contemplado, sin otro privilegio que el de la ocasión, dentro de un universo de oportunidades equivalentes.










Ese comportamiento determinó una profunda veneración entre los cazadores y las posibles víctimas que les habían permitido crecer y prosperar durante muchos milenios, de modo que la memoria del asunto ya se había perdido; esa relación constituía una parte del paisaje asumido por generaciones a lo largo de los años. Sin embargo, para el niño que ya había visto a aquellos animales en las paredes húmedas de la caverna, esos ejemplares reales eran sólo casos, o copias a lo sumo de los pintados ( y verdaderamente reales para él) que ya conocía desde que nació a través de los muros de su casa, o del fondo de aquella cueva al cual había sido conducido para aprender la realidad.






La imagen se había convertido en lo permanente y la carne real era tan sólo una forma que se cruzaba para desaparecer, ser olvidada y tal vez consumida.
Una vez abolida esa frontera que abría paso franco al dominio de las representaciones y los signos sobre la propia realidad física, era obvio proceder a otra nueva operación que completara el vacío conceptual: para ello, el hombre produjo el invento de unos dioses que aparecerían o decaerían también en el mismo acto de ser representados.













De ese modo, quienes convivieron desde niños con las imágenes de los dioses no podrían creer en ellos si alguna vez y de milagro aparecieran realmente en su camino. Por esa razón, el cosmos del idólatra solamente se puebla con hombres (que son los que se ven) o espíritus (que no se pueden ver) ya que no existe ser que pueda ser igual la que se adora como tótem. Ese parece ser el origen del antiquísimo tabú iconoclasta (ni se representa a Dios, ni se le nombra) que se basa en una razón de creer que no se apoye en representaciones artísticas o formales (que serán en si mismo malignas y deben ser, en consecuencia destruidas). Queda por ver- según sostiene Azúa – cual será el lugar del otro en un mundo como el nuestro, constituido casi exclusivamente por imágenes... ¿Practicaremos en secreto y sin saberlo algún tipo de idolatría?













(Sobre el artículo de Félix de Azua. “El País” 13 de septiembre de 2008)

jueves, 21 de agosto de 2008

Pinceles obedientes


Pinceles obedientes que pintan en el lienzo mi figura desnuda recreándose en mis curvas poniendo especial atención en las zonas más redondeadas.

Cuál figura inmóvil quedo a tu merced pues cualquier movimiento es decisivo para una buena obra. Pinceles obedientes, suaves y sencillos.

Pinceles que acarician el lienzo con delicadeza, mientras tú el autor de mi obra me acaricias con la mirada cada centímetro de mi piel, me estudias cada pliegue, cada poro...

Y yo no puedo hacer nada, solo quedarme inmóvil. Me gusta saber que me observas, que me acaricias con la mirada. Pinceles obedientes...suaves... y sencillos

Miradas deseosas, pezones erectos, manos de artista desesperadas y pinceles obedientes, suaves y sencillos nos acompañan mientras me pintas

Besos...

Inocencia Prohibida

miércoles, 20 de agosto de 2008

jueves, 31 de julio de 2008

DARWIN AWARDS

jueves, 3 de julio de 2008

Burka y spaghetti



¿Estará esta circunstancia contemplada en el Corán?

lunes, 2 de junio de 2008

BAILE DE MASCARAS


miércoles, 28 de mayo de 2008

Purgatorio


Purgatorio, cielo e infierno;
yo, siempre el purgatorio.
entre la desolación
y la esperanza,
lugar de la posibilidad.
el premio o la condena,
plataforma flotante
de eje central
sensible al movimiento
entre cielo e infierno;
Jehová y Lucifer,
entrañables ligones
de música desafinada;
barras en espiral oscura
para bailar lo que suene,
con quien pase;
el infierno es lugar fácil,
el cielo, isla desierta;
entre silencio y paz.;
mar tibio, embriagador
sólo de arena blanca
y una enorme tumbona
con una mesa de teca
finas langostas de mar
recién sacadas del horno
y copa de vino blanco
muy frío y sólo yo;
nadie más cabría albergar;
el cielo es lugar fácil.
voy a pasar, si se tercia,
una temporada más
en dicho purgatorio.
el lugar de la posibilidad
el premio o la condena
etc.

martes, 13 de mayo de 2008

Amor




AMOR MÁS PODEROSO QUE LA VIDA

La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...

Jaime Gil de Biedma y Alba (1929-1990)

lunes, 14 de abril de 2008

FIEBRE DEL SÀBADO NOCHE



El Sàbado cuando salì sola con unas amigas, la cena del "amigo invisible", ibamos a disfrutar,
esa oportunidad de salir solas no es posible muy amenudo, con lo cual hay que quemar la noche, vivir el momento
..A las mujeres nos encanta el juego y jugar entre nosotras,sabemos que a los hombres les apasiona vernos en situaciòn semejante , se quedan extasiados miràndonos...y nosotras maliciosamente los provocamos ...

De la cena nos fuimos a un pub...donde la mùsica era eròtica ,para poder contonearse.Al entrar el pub invitaba a sudar la noche.todo el mundo estaba contento y dispuesto a entregarlo todo...
Como siempre que van muchas mujeres juntas y ademàs "rompedoras" las miradas pronto se centraron en nosotras...un grupo de chicos nos hicieron un hueco para que nos colocàramos a su lado,y nada mas instalarnos se acercaron a nosotras ,rondàndonos ,miràndonos,el baile nos cautivaba ,nuestros cue
rpos
se movian,las chicas bailàbamos entre nosotras acercàndonos cada vez mas..
el baile nos uniò a los dos grupos ,ellos y nosotras ..,tenias que acercarte para oìr lo que te decìan..

Sus manos inquietas e impacientes se acercaba a mi cuerpo,el ajetreo de la gente hacìa que sin querer nuestros cuerpos se rozaran ,me miraba a los ojos mientras bailàbamos y sus labios los sentìa cada vez mas cerca de mi boca,yo me decìa: _ esto no me puede estar sucediendo_,el olor de su perfume me embriagaba..su aroma masculino me excitaba,de pronto sentì su dureza rozando mis muslos,y no podìa apartarme de el,me tomaba las manos intentando acercàrmelas a su miembro totalmente erecto,duro como una piedra,mi sexo se humedecìa ...sus manos rozaban mis pechos,me susurraba al oìdo palabras inconfesables,
los dos rebosábamos deseo ,las caricias eran inevitables .Su mano acariciaba mi culo, fugazmente, mis pechos, rozándolos, como si fuera casual. En alguna de sus tímidas incursiones por el borde de mi falda, intentando llegar a la calidez de mis glúteos le dije: – No sigas,,Umm- me colocò de manera que su espalda y la mía taparan a todo el local y nadie pudiera ver como me metía mano debajo de mi falda para robarme mas suspiros, Estábamos excitadísimos,me cogiò de la mano y me llevò hasta el baño....ya no podíamos mas, ni encendimos la luz, completamente a oscuras y con las bragas a medio muslo, me penetrò mientras yo me apoyaba con las manos en la pared, fue salvaje, deseado, descontrolado, yo gemía, èl empujaba contra mi, le pedía mas con mis gemidos y con mi cuerpo, y el fuera de si me embestía completamente enviciado y lascivo…dando rienda suelta a nuestro deseo.
Al salir del baño,me pintè los labios y me puse la falda en su sitio ,,,las bragas tuve que quitàrmelas llenas de su semen y mis fluidos.Nos despedimos con un beso ...Embriagador ,turbador,lleno de lujuria y sexo caliente ...

No creo que vuelva a verlo ......pero jamàs lo olvidarè ...

"EMBRUJADA"



domingo, 6 de abril de 2008

Un deseo callado





Acostada en mi cama, desnuda siento el roce de las sábanas en mis piernas. El aire que viene de la ventana pone mi piel erizada y mis pezones se levantan proclamando un poco de calor.

El olor de las sábanas a rosas me gusta. Un pensamiento de que estas aquí a mi lado me hace estremecer,cierro los ojos y aproximo mi dedo corazón a mi boca ,con mi lengua lo chupo por todas partes y en mi imaginación pienso que es tu miembro erguido deseoso de entrar en mi sexo.

Paso mi dedo por mis pezones muy despacio, mientras siento como mi vagina se va humedeciendo. Sigo bajando muy, muy despacio levantando la pierna derecha para acariciar la cara interna de mi muslo. Mi vagina tiene una contracción, mi excitación va en aumento y en mi mente te veo a ti besándome con pasión mis pechos y metiéndome tu dedo en mi vagina para hacerme sufrir.

¡Como me gustaría que fuera real! ¡Como me gustaría que estuvieras aquí! Paso mi dedo corazón muy despacio tocándome cada rincón de mi sexo sin llegar a entrar. Siento como mis labios se van abriendo cada vez más y como mis líquidos vaginales van saliendo pidiéndome a gritos que deje entrar a mi dedo. Y en mi mente te pido a gritos que me penetres ya.

Paso mi lengua por mis labios, mi respiración se agita, un dulce gemido sale de mi boca. Me penetro en mi cama, me penetras en mi imaginación. Mi cuerpo se descontrola, mi dedo que es tu sexo se mueve cada vez más rápido. Puedo sentir mi clítoris vibrar, mis pechos buscan tu mano que es la mía. Me acaricio muy deprisa. Llegando a un orgasmo sin medida... ¿Te ha gustado? me preguntas en mi mente. Si te contesto en la soledad de mi habitación...

Besos

Inocencia Prohibida

sábado, 5 de abril de 2008

MITOS

martes, 1 de abril de 2008

PUBLICIDAD CREATIVA

sábado, 22 de marzo de 2008

lunes, 17 de marzo de 2008

jueves, 13 de marzo de 2008

DEDICADOS A LOS DEL BLOG DE

DELIKATESSEN



DE MIS PECHOS
GULA DE COMERLOS
LAMERLOS
MORDERLOS.....
¿ PLACER O PECADO ?

HAY,ACASO ,ALGÙN OTRO PLACER MÀS
SENSUAL QUE COMER?
CLARO,COMERNOS AL AMARNOS
QUITARNOS LAS SED Y EL HAMBRE JUNTOS
DEVORARNOS
ENGULLIR
TRAGAR
HASTA SACIARNOS

(Poema de María Embrujada)



"CARACTER ANDALUZ"


........................................................................

Espérame en la parada de los cachitos
con olor a cerveza
espérame en la estación de los tostones
en la esquina de los churros
en la calle del hambre
en la avenida de los refrescos
espérame
o mejor no me esperes
yo llegaré comiendo.
¿Cómo haces para oler a turrón y saber a vainilla
mi adorable fresa con crema?
(ÒSCAR F.)

Neverending vuelve a ganar; esta vez, el Concurso de la Maja Rarita



El ínclito Neverending ha remitido el siguiente correo...

Estimados miembros del Comité Directivo del Proyecto Maja®

¡Joder con la maja rarita!, y perdón por la expresión,... o mejor podríamos decir las majas raritas...si les digo la verdad, hoy por la noche estaba a punto de desistir, cuando mis labores de investigación dentro de diosas del mar de la mitología griega, me han llevado a redactarme en un folio términos relacionados con esta época, del género femenino, claro está. Luego, brujuleando entre mis fuentes, por fin he descubierto de qué cuadro se trataba.

Son las "Ninfas bañándose" de Paul Delvaux, de 1938. está englobado en la época de las vanguardias históricas - surrealismo, entre los cuadros que representaban costumbres y protesta social y se trata de un óleo sobre lienzo de 130x150 cm. perteneciente en la actualidad a un coleccionista privado en Bélgica, país de origen del pintor.

Espero ansioso el post y, quien sabe, otra maja rarita de las que gusta al Comité ponernos como prueba. Ya estoy preparando un nuevo post con otras majas, ya que las vigilantes no han sugerido al personal ni el más mínimo efecto nostálgico (incluyendo a David Hasselholf) y espero los comentarios de la gente. Como ya bien sabe el comité, por si surgen dudas y/o comentarios, ni mi formación ni mi carrera profesional están relacionadas con el arte, ni con las letras... siempre ha sido eminentemente técnica, pero lo cortés no quita lo valiente; es un gran entretenimiento investigador y curioso.

Saludos y buenas noches.

NEVERENDINGSTORY1972


La Venus dormida 1932

Paul Delvaux (1897-1994) nació en Antheit, provincia de Lieja (Bélgica), en el seno de una familia acomodada, y comenzó a exponer en Bruselas en la década de los veinte. Pese a participar, entre otras, en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada por André Breton y Paul Éluard en París en 1938, nunca se consideró un surrealista, y tampoco su estilo se ajustaría estrictamente a corriente artística alguna. De sólida formación académica y vasta cultura, Delvaux dominaba a la perfección los diferentes medios artísticos.

La bañista en la arena 1934

El universo eminentemente femenino de Delvaux está dominado por la reiteración de un mismo tipo de mujer, desnuda las más de las veces, otras veladamente semidesnuda o vestida con elaboradas versiones de los tradicionales encajes belgas, pero siempre distante e inaccesible para el hombre. La afectación y la teatralidad de estas mujeres galantes, representadas a veces en escenas íntimas, así como los complementos que las adornan entroncan con una larga tradición de la pintura occidental especializada en retratar el ámbito personal de la mujer. El Delvaux más tradicional y probablemente más directo, menos enigmático, aflora en las obras dedicadas a la maternidad. Su profundo conocimiento de la historia del arte occidental le permite recrear este motivo clásico, aunque desprovisto del significado religioso que es habitual.

Pigmalión, 1939

El interés por la Antigüedad grecorromana se remonta a la infancia del artista, cuando en sus años escolares, leyó las grandes obras de Homero, Virgilio y Ovidio. Junto a la presencia de imponentes templos inspirados por sus viajes a Italia, Delvaux pintó y dibujó numerosas versiones de mitos clásicos y recreó igualmente episodios históricos. Delvaux exploró también en numerosas obras, y de manera bastante explícita, el tema del amor entre mujeres. Sus amigas gozan del sentimiento amoroso en toda su plenitud, desde el erotismo del contacto físico hasta la ternura de la comunicación personal. Aunque él mismo declarase que sin erotismo la pintura le resultaba imposible, lo cierto es que en la mayor parte de su obra una extraña frialdad caracteriza la interacción entre los sexos opuestos. Sin embargo, las amigas de Delvaux, odaliscas, cómplices, desvestidas, a veces hasta demasiado explícitas, disponibles para los ojos del voyeur, se miran con frecuencia una a otra y una en otra.

Venus pompeyana, 1940

Delvaux es un artista de fantasioso y onírico; sus cuadros y dibujos, poblados de seres solitarios inmersos en una atmósfera casi siempre inquietante, revelan un mundo tan personal como inconfundible. Delvaux leyó de niño el Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne y quedó fascinado por su protagonista, el profesor alemán Otto Lidenbrock, especialista en mineralogía. Este personaje aparece después en numerosas ocasiones en su obra. Pero el universo científico y austero de los sabios de Julio Verne, perdidos en su pasión célibe, se halla en oposición y diálogo con la espléndida desnudez de las mujeres-cortesanas que se sitúan ante ellos. También destaca su interés por los esqueletos que enlaza con una larga tradición artística. Pero, a diferencia de sus ilustres precedentes, no los utilizó para reflexionar sobre nuestro destino mortal y lo efímero de la existencia terrenal, sino como trasunto de los vivos. El propio artista declaró que se negaba a cualquier interpretación simbólica de la presencia de los esqueletos en su obra. Representados con científica meticulosidad, los vemos así peleando, leyendo o haciendo vida social en una taberna. En Delvaux, los esqueletos actúan, se mueven, se desplazan y bailan cuando están alegres, cuando han decidido atemorizarnos o atemorizarse entre ellos, se les desencajan las mandíbulas, sus cuencas se animan y estallan en sonoras risotadas.


Venus ferroviaria, 1948

Las estaciones ferroviarias son también una de las constantes temáticas en la obra del artista belga que proceden de sus recuerdos infantiles. Es un mundo que pese a estar representado de modo realista evoca sentimientos de nostalgia y ensoñación, un mundo en el que también los espectadores pueden comprobar en una larga serie de obras como lo grotesco se opone a la belleza idealizada de la mayor parte de su producción. «El que no sueña no vive», afirmó en cierta ocasión Paul Delvaux. En efecto, el mundo de los sueños impregna toda la producción del maestro belga que se protagoniza con frecuencia a través de la figura de una mujer dormida. Quizá sea este Delvaux el más próximo al movimiento surrealista, que como es sabido se basa en gran medida en la exploración de los sueños y el subconsciente. En esta faceta de indagación de lo onírico se aprecia la fuerte impresión que le produjo conocer en 1934 la pintura metafísica del italiano Giorgio de Chirico. La vida de Paul Delvaux abarca prácticamente en su totalidad el siglo XX. Es una figura clave para comprender el sentido de las vanguardias, el expresionismo abstracto, el arte conceptual o el surrealismo, sin que su estilo llegue a ajustarse estrictamente a ninguna corriente artística. La intención de Delvaux es crear una transposición, una vuelta de tuerca a una cierta realidad pero que es la realidad del cuadro, no la auténtica realidad. Quizá eso pueda llamarse surrealismo, pero la intención del pintor no siempre fue en dicho sentido: más bien Delvaux lo que pretende es presentarnos una segunda realidad (como él mismo decía) la suya propia...

miércoles, 12 de marzo de 2008

Animal





Soy un animal. Deseo ir en tu encuentro para cazarte con mi cuerpo. Quiero chillar y gemir con el rugir de tu deseo.

Tírame del pelo, muérdeme, bésame, ábreme las piernas, Y entrame tu miembro con fuerza sin pensarlo, desatando ese instinto animal que tienes dentro. Quiero sentirlo duro muy adentro repetidas veces hasta quedarme sin aliento. Hazme sentir que soy fruto de tu deseo

Soy un animal que no entiende de excusas solo siento y reclamo mi deseo

Besos

Inocencia Prohibida

sábado, 8 de marzo de 2008

El concurso de la maja rarita en Proyecto Maja


Habida cuenta que Neverending ha resuelto en un tiempo record el enigma de la maja de Zuloaga y además se ha ido hasta Eibar a descubrirla, y habida cuenta también que somos infatigables y no queremos dejar a los entusiastas desocupados, hoy les proponemos que averigüen otra vez la maja que traemos. Es muy rara y bastante moderna esta maja (para que se inspiren) y desde luego la hemos vuelto del revés. Con eso queremos decir que en su formato original tiene la orientación de una venus. Los que nos siguen ya saben de lo que estamos hablando. También saben lo del premio que es el mismo de otras veces. Pero como esta maja es un poco marina, el Comité Directivo del Proyecto Maja® ha decidido aumentar, excepcionalmente, el premio dotándolo de una ración de berberechos (cosa bastante venusina, como es notorio) y cervecita previa al almuerzo que el ganador@ podrá tomarse solit@ o compartir (a voluntad). Lo del café, copa y puro sigue igual. La visita al Museo del Prado se amplia: esta vez iremos a ver las pinturas negras pero no se asusten.

jueves, 6 de marzo de 2008

Nuevo y fascinante concurso en Proyecto Maja®

“Las tetas de la Maja Misteriosa (II)”


He aquí un fragmento de un cuadro de una maja que el concursante deberá descubrir solito. Es muy fácil y esta vez el jurado no va a facilitar ninguna pista, pero el premio es mayor. A la consabida visita al Museo del Prado y ulterior almuerzo, con café, copa y puro (si se fuma y a uno lo dejan) en el bar del Palace Hotel de Madrid, se unirá un bonito libro sobre el pintor de esta maja. Suerte y al toro...



PS. De acuerdo con las instrucciones recibidas de Comité Directivo del Proyecto Maja, y como en ocasiones anteriores, es requisito imprescindible para poder concursar el haber remitido una maja a dicho Proyecto. De igual modo, los participantes anónimos (incluso venecianos) quedan excluidos del mismo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Al pintor de la "Maja Misteriosa" también le gustaban vestidas...y ¡enhorabuena a Embrujada!



Es un tipo curioso, de fines del siglo XIX, medio inglés. al que le gustaban mucho las majas, pero antiguas y así...

martes, 4 de marzo de 2008

PARA ALGUIÈN PECULIAR..

ESPECIAL PARA VARIOPAINT;

Usted me gusta porque sabe establecer
normas y reglas desde un principio.
Porque no se pone máscaras ni caretas
para expresar sus propios pensamientos.


Sé, que muchas veces estaremos lejos
o por las distancias o por los caminos
o por las inevitables circunstancias del destino.

Pero también sé que estaremos unidos
y enlazados por los hilos invisibles del afecto.

Carlos A. Rodriguez



Gracias por " esos regalos" que sabes que me gustan..
hoy te corresponde a ti recibirlo Manuel.

Besos de Embrujada....

Cajero Selvático

Dedicado especialmente a Pantera...

lunes, 3 de marzo de 2008

Floris Andrèa..(proyecto maja )

Floris Andrea (1967) se especializa en la fotografía de retrato y reportajes fotográficos inusuales. For a number of years he has worked with his own technique, what he calls the Andreatype, in which he combines pigment with photographic emulsion on wooden panel. Durante varios años ha trabajado con su propia técnica, lo que llama la Andreatype, en la que se combina el pigmento con emulsión fotográfica sobre panel de madera.

"Tan pronto como el medio decidió no oponérseme y empecé a familiarizarme con él, las musas comenzaron a susurrarme...o a cantar. De una forma u otra, me mantienen constantemente despierto, me persiguen más allá de las fronteras...me incluyen en su obsesión por las formas humanas y por los rostros humanos, de los que se puede robar un retrato".

Embrujada te lleva hasta la fotografìa de FLORIS ANDRÈA.

ALCOBA CERRADA



Por detrás de la puerta,
guardado por cerrojos de silencio y de agua,
esperando, desnudo, tu cuerpo.
Tibiamente,
mansamente desnudo, hermoso hasta el dolor.
No entraré a descubrirte.
No violaré el santuario de tu carne entreabierta.
Demasiado peligro para sólo una vida,
demasiado pecado para tan sólo un alma.

Josefa parra

domingo, 2 de marzo de 2008

El pentagrama




Te llevaría a muchos lugares, muchos rincones donde mi alma quede abierta a sensaciones.
Escucha la música que te entrega mi cuerpo, sino puedes escucharla adéntrate en el pentagrama. Acaricia cada nota, y disfruta, disfruta.

Quiero darte las sensaciones que te produce el escuchar la mejor música, pero esta vez solo quiero que la sientas en mi cuerpo y me dirijas como el mejor director de orquesta en nuestro concierto de sensaciones, pasiones, besos y caricias.

¿Quieres que te lleve donde hay música? solo te necesito a tí para poder afinarme.

Inocencia Prohibida