Arrebatador

Cuando llegué sentí tu mirada quemándome el escote
(aún creo sentir su fuego allí)
Cualquier roce
Aún el del hielo que capturó la pinza que tocaron tus dedos
Entibió mi vino hasta ese punto
En el que bebí tu sangre.Se mezclaban los perfumes de todos
el tuyo y el mío, sin embargo, vibraban en la noche con notas almizcladas
Con fondo de canela y un lecho de jazmines en el que yo soñaba.

Yo era el de la mirada que encendía su escote
en mis venas golpeaba la sangre,
stradivarius rojos como música de fondo
el roce cómplice de sus pies bajo la mesa,
nubes de colores, recorrieron mi cuerpo,
al sentir su olor inconfundible, entre tantas.
La penúltima nota rasgó, todo mi interior,nunca hubo una última.

Tú lucías ese traje blanco, de lino, sin pañuelo ni corbata
te miraba, me mirabas, mientras la música, una melodía de ensueño
hacían que nuestros cuerpos se rozaran.
Cantaba feliz en tus brazos y tú me susurrabas
mientras los globos de ilusiones subían al cielo, volaban
Tú y yo nos asimos de un par de ellos dejando que,
como nuestras almas libres, sin dueños, escaparan...

Jamás la noche será tan etérea como para confundirse con tu piel
Aunque un sin fin de estrellas comulguen para iluminarte…
Jamás mi boca dejará de arder soñando el aterciopelado misterio
de ese escote, de ese pecho que rezuma miel y enciende esta pálida realidad

Entonces, cuando nadie nos miraba, me acerqué a tu oído
dulce y suavemente para decirte: El verte hoy ha sido el más bello regalo
que podía soñar jamás. Es una triste pena que los días sucedan a otros
días sin oler tu perfume y sin poder mirar tus ojos bellos,
tu sonrisa que me hace suspirar cuando la veo.


Lo ví entrar y casi pude olerlo. Alto, desgarbado con una boca de ensueño.

Se acercó sonriendo atrevidamente... deslizó su mano en mi cintura...

y sin quererlo me atrapó en un instante

y en el mismo momento se adentró en mi boca invadiéndome. No dijo palabras tan sólo fue un beso...largo... profundo... intenso...de dos almas que se entregan simplemente para vivir un deseo!

Y yo me fui porque me asfixia el aro de oro que llevas en el dedo y ser impar aquí, porque no es jaula para mí tu compromiso, y, sin embargo, lo llevas de armadura, pero me voy, no sin haberte visto desearme en la locura del fuego que te hace faltar aire… cada vez que me rozas,… o me cruzas Me voy habiendo fantaseado con tu cabeza al unísono. Sonrío y me despido: hasta mañana a todos! besos…a ti..Te espero en casa!


Rescatado del Blog de "crònica del viento"